Quién sino vos



Quién podría; siempre antes de abrir los ojos me lo pregunto. Quién podría ser como vos. Y entrando en la realidad visual me doy cuenta que nadie, la fortuna una vez más está de mi lado.
La insuficiencia me caracteriza, la poca validez que me doy, lo hermosura que no tengo, la paciencia de la que también carezco, el extraño y cínico humor que me caracteriza y pienso: ¿Quién puede enamorarse de mi? Y vuelvo a caer en vos.
Que extraño sos, extraño es tenerte y sentirte mío, no tu cuerpo mío; sino tu mente y alma conectado al ciempiés de lo que vivimos, que extraño es volver a cruzarte, pero extraño también es encontrarte en el camino directo al después; extraño es extrañarte segundos después de tu ausencia.
Cómo no lo entendí, ingenua y desamorada muchacha colgada de la nube, siempre colgada. De todas maneras, hasta qué punto uno es ingenuo, ¿no? Me creo un ser meramente consciente para decidir si sí o si no... Decidí mal primeramente, y todo, pero absolutamente todo, hasta hacer migas con el pan, tuvo su respectiva consecuencia. Claro que si, te recordé mil veces, pensando es supuestas palabras que me dirías, o supuestos hechos que pudieron suceder; pero siempre todo en la mente de una cínica muchacha silenciosa dispuesta a crecer. Te extrañé mucho, me arrepentí más, negué el doble, pero cual rutina, estabas ahí siendo más que yo y menos que nada.

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