Susana

Finjo el alivio de no verte. Llora el desierto una vez más, Susana.


Qué hacer en una noche tan perversa como es esta si no es buscarte. Encadenados al color, te busco sin hallarte en la oscuridad incierta con mis gafas de sol.


El silencio que me abruma de esas aves que dicen no cantar tu nombre, yo digo que sí. ¿A caso las
locas son las aves por mentirme o yo que les hablo a las aves?


Arrinconada con mis pensamientos, cuánto más hay que festejar con la almohada otro intento fallido de no encontrarte, y saltar alto, hasta el techo y más, porque no te busqué. El sonido penetra todo lo que no tengo.


Cuando las cosas se ponen serias nadie ríe, me río cuando escribo que nadie ríe, entonces alguien sí ríe, llevando consecuentemente a desmentir algo que fue verdad; y así me encuentro nunca cuando no pienso en buscarte. 

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